Llegan de nuevo las deseadas vacaciones! Toca decidir y mirar nuestro próximo destino, después de dar unas cuantas vueltas y leer mucho...llegó el momento de decidir! La cosa andaba entre la India y Sudamérica, pero el buen sabor de boca que nos dejó el continente asiático fue tan bueno, que la balanza se declinó de nuevo hacia Asia! Se perfilaba mucho China, ya que como hemos estado en las costas de California, era como cerrar la vuelta al mundo! La idea despuntaba sobre las demás, poco a poco y mirando mucho, la cosa se fue formando con mayor fuerza! China sería el lugar escogido para pasar unos días que nos emocionaban mucho.Por fin un recorrido listo por gran parte del país que nos convenía mucho, ya que íbamos a ver una de las maravillas del mundo, aunque diríamos que son más de una! La aerolínea que escogimos fue Emirates Airlines, en la primera experiencia con ellos nos fue muy bien y repetíamos en avión de dos plantas! La escala sería en Dubai, con lo cual el trayecto se dividiría en dos tramos, el primero de siete horas y el segundo de siete y media! Deciros que fue una decisión muy acertada!
Tocaba sacar el visado, nosotros no tuvimos grandes problemas ya que hay una embajada China en Barcelona, para el resto de España tendréis que ir a Madrid, merece la pena hacerlo uno mismo ya que las agencias y las web te cobran mucho dinero, nosotros pagamos 60 euros por persona y sólo fuimos dos veces, una para entregar la documentación necesaria y otra para recogerla y efectuar el pago vía transferencia bancaria.Una vez que ya teníamos todo, solo nos quedaba esperar el ansiado día y disfrutar con las bellezas de este mundo.
COMIENZA LA AVENTURA
Barcelona...destino...China, llegando a Pekín para ser más precisos.Después del primer tramo de vuelo, llegamos a Dubai, queremos resaltar que el aeropuerto es espectacular y tiene un montón de tiendas con artículos de todo tipo muy bonitos y apetecibles para comprar, os recomendamos que esperéis a la vuelta, será aún mejor! Después de una espera de tres horas, embarcábamos en la segunda parte del trayecto que nos llevaría hasta Pekín.Es en este trayecto donde aprovechamos para dormir ya que la diferencia horaria es de seis horas de adelanto respecto a España.Después de un vuelo agradable llegábamos a China! Recogimos las maletas, pasamos la aduana y una vez admitidos en el país, tocaba buscar al transfer que nos llevaría hasta nuestro hotel, os lo recomendamos ya que son mega ciudades y desplazarse por cuenta propia puede ser un desastre total, eso ya mejor en una segunda vuelta.Después de un trayecto que nos emocionaba, el simple hecho de ver otra parte del mundo es tan gratificante, llegamos al hotel donde pasaríamos tres noches.Nada más llegar el guía ya había realizado el check in, solo quedaba acomodarse y buscar un buen lugar para cenar.
EXPERIENCIA EN EL HOTEL
Hotel Nikko New Century, Capital Indoor Stadium S Rd, sencillamente espectacular y cómodo.Un gran hotel, amplia recepción, con personal muy atento, os recomendamos que os bajéis un traductor para posibles conversaciones con los locales, además no hablan demasiado inglés.En el lobby del hotel encontraréis un cajero donde podréis cambiar algo de dinero para el primer contacto con el país.Las habitaciones muy modernas, ya iréis descubriendo que China es avanzada y no dejan de construir, con lo cual todo es relativamente nuevo.Una vez acomodados en nuestra bonita habitación, bajamos para buscar un sitio donde comer, pero el restaurante nos dio tan buena sensación que decidimos que sería la primera toma de contacto con la comida asiática, quitaos de la cabeza los típicos restaurantes chinos de vuestros países, no tiene absolutamente nada que ver.Antes de ir a cenar nos fuimos a la calle para ver las sensaciones y la verdad fue espectacular, lo poco que vimos y el trayecto que anduvimos nos emocionó de tal forma que ya teníamos ganas de que volviera un nuevo día para disfrutar.De vuelta al restaurante del hotel y dispuestos a cenar, aún fue más grata la decisión de quedarnos y aprovechar a descansar, el gran restaurante ofrecía un buffet libre a 25 euros por persona, pero la sorpresa fue mayor cuando entramos y descubrimos que prácticamente era todo de marisco, gambas, centollos, cigalas....y todo te lo hacían al momento en unas típicas planchas, con un estilo y maestría que nos dejó con la boca abierta y el paladar muy muy satisfecho, así que os recomendamos cien por cien la experiencia, las cervezas son de medio litro con lo cual con una por persona es más que suficiente, imaginaos el atracón de marisco!
PLAZA DE TIANANMÉN Y CIUDAD PROHIBIDA
Hoy dentro de nuestro recorrido, tocaba una de las visitas estrella, un icono de China.Después de recogernos en nuestro espléndido hotel y habiendo desayunado muy bien y variado, nos fuimos a la visita.
Al llegar tuvimos que hacer cola, no demasiado larga pero que dejaba ver la Gran Plaza de Tiananmén, la emoción era de ver y no creer el regalo que estaba delante de nosotros, esa maravillosa plaza con tanta historia y que tanto habíamos estudiado en el colegio.
Para entrar en la plaza hay que pasar por un bajo paso, una vez dentro la sensación era maravillosa, lo primero que divisaron nuestros ojos fue la puerta de entrada monumental a La Ciudad Prohibida llamada Zhengyang, que se eleva majestuosa dando la bienvenida al emperador, seguidamente un gran espacio donde en los laterales se puede disfrutar del Gran Salón del pueblo, el Museo Nacional de China, el Museo Numástico de China, el Museo Beijing de Policía, el Gran Teatro Nacional de China, el Monumento a los Héroes y el Mausoleo de Mao Zedong.Desistimos de la visita al mausoleo ya que la cola era enorme y debíamos seguir.
Pero aún era mejor, conforme avanzábamos estábamos más cerca de la conocida Puerta de Tiananmén, majestuosa pero sencilla al mismo tiempo, en la parte central se encuentra la famosa foto de Mao Zedong, fundador de la declaración de la República Popular China el 1 de Octubre de 1949.La experiencia es espectacular y la sensación de que estás en otro mundo invade todos tus sentidos.Nos disponíamos a entrar por la gran puerta de madera que nos conduciría hasta la famosa Ciudad Prohibida, donde nadie podía acceder en aquellos tiempos y dónde permaneció encerrado el último emperador.Todo un tesoro para disfrutar y pasear por sus calles, descubriendo estancias sencillamente maravillosas, con un gran valor histórico.No olvidéis ver a la vuelta de vuestro viaje la famosa película El Último Emperador, ya que es la única que obtuvo permiso para utilizar los espacios reales de la Ciudad Prohibida.
El conjunto palaciego duró desde la Dinastía Ming hasta la Dinastía Quing, fue la ciudad de los emperadores chinos y toda su corte, incluyendo el gobierno.La visita os la recomendamos encarecidamente, merece mucho la pena ya que los palacios y grandes plazas son impresionantes.
Conforme avanzábamos era aún más y más espectacular, patios muy cuidados con los típicos bonsáis y sus rocas con formas, dependiendo de los gustos del emperador.La guinda del pastel es la parte central del complejo, donde se encuentra el Salón de la Armonía Suprema, con el espectacular trono desde donde el emperador, tomaba seguramente, todas las decisiones importantes.Rodeada de vasijas en las que se depositaba agua, recordaros que está todo construido en madera y es por esta razón por la que disponían de estos grandes recipientes, también hay graciosas esculturas que bien merece una foto, no tienen desperdicio.
También se encuentra el Palacio de la Pureza Celestial, construido sobre una terraza de mármol y que a su vez se conecta con la puerta del mismo nombre.Dentro del mismo gran complejo también hay varios palacios, puertas y jardines dedicados a diferentes temáticas.
Es un gusto disfrutar de todos los detalles de sus tejados, en ellos se percibe rápidamente que el color del emperador es el amarillo, aunque si os fijáis descubriréis algunas tejas de otros colores que simbolizan el agua y las residencias del príncipe.
También se encuentra el Palacio de la Pureza Celestial, construido sobre una terraza de mármol y que a su vez se conecta con la puerta del mismo nombre.Dentro del mismo gran complejo también hay varios palacios, puertas y jardines dedicados a diferentes temáticas.
Es un gusto disfrutar de todos los detalles de sus tejados, en ellos se percibe rápidamente que el color del emperador es el amarillo, aunque si os fijáis descubriréis algunas tejas de otros colores que simbolizan el agua y las residencias del príncipe.
El complejo es muy visitado tanto por locales como por turistas, os recomendamos no escoger temporada alta si no media, os saldrá más económico y encontraréis menos aglomeración de gente, será ideal para hacer fotos de los bellos espacios.
PALACIO DE VERANO
El Palacio de Verano, considerado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad desde 1998, es el jardín imperial más grande del mundo.La dinastía Qing lo utilizaba para escapar de los calurosos veranos de la Ciudad Prohibida.
A nuestra llegada encontramos la caseta para adquirir los tickets de entrada, muy típica y de color rojo.Una vez adquirido el billete de acceso por 2.50 euros, en la primera entrada ya te paras para hacerte unas cuantas fotos, ya que las puertas son espectaculares, aunque nada que ver con lo que íbamos a descubrir en el interior.La puerta de entrada al jardín es bastante sencilla, aunque guarda toda la esencia de la antigua China.
Conforme nos adentrábamos en el espectacular jardín, ya nos encontramos con la primera estancia, rodeada de bonitos árboles bien recortados, piedras con formas variadas que dejan a la imaginación lo que cada uno quiere interpretar, y por supuesto las famosas estatuas de los dragones.En nuestro paseo por el lugar más agradable de Pekín (nombre que le dan los locales), llegamos al lago Kunming, sencillamente una maravilla.
Mientras avanzábamos por la pasarela en zig zag (costumbre china, ya que ellos tienen la creencia de que los malos espíritus solo van en línea recta) que bordea el lago, nos encontramos con un muelle desde dónde se puede coger un barco para dar un plácido paseo, pero eso lo íbamos a dejar para un poco más tarde, deseábamos descubrir todos los rincones del espectacular jardín.
En nuestro paseo seguíamos descubriendo estancias muy bien decoradas, con maderas exquisitamente pintadas y esculturas de diferentes animales.Al adentrarnos aún más en este espectacular jardín, encontramos el Gran Corredor, donde seguramente la emperatriz disfrutaba de unos agradables momentos, está cubierto con bonitas maderas decoradas con escenas sobre la historia de China, acompañado de un pequeño riachuelo y cruzado con graciosos puentes de piedra.Este corredor también posee cuatro rotondas que significan las cuatro estaciones, por lo que pasear por este lugar era recorrer todo un año.
Conforme nos acercábamos más a la Pagoda del Buda Fragante, con forma redonda y encima de la colina de la Longevidad, desde donde se divisaba todo el jardín, encontramos un bonito barco de mármol y cristal, utilizado por la emperatriz Cixi para celebrar fiestas.
Destacar también el bonito puente de diecisiete arcos que une la orilla del lago Kunming con la isla de Nanhu, que se encuentra en medio del lago.
Después de largas horas disfrutando de este espléndido jardín, y habiendo disfrutado de las maravillosas vistas que ofrece el lago, con sus nenúfares y barcos típicos, tocaba embarcar en uno de ellos para poder acabar de tener otra maravillosa perspectiva.Muy recomendable el paseo en barca, relajante y gratificante, es todo un lujo para los sentidos dedicar un largo tiempo para poder disfrutar de este lugar único.
HUTONGS TÍPICOS
En China se conoce como hutongs a los callejones que componen el casco antiguo de las ciudades, así que fuimos a uno de estos lugares tradicionales de la ciudad de Pekín.Visita obligada para conocer de primera mano la esencia de la vida del Pekin de antaño, callejuelas estrechas, casas de planta baja sencillas, muy sencillas, sin baños en su interior, obligados a compartir aseos públicos y comunitarios para optimizar el espacio, cada casa tiene un símbolo en la puerta donde indica a que oficio se dedicaban y la casta de cada familia, la vida es tranquila y parece que el tiempo se detuvo en alguna dinastía, nada que ver con las megas construcciones de la zona nueva de Pekin.
El recorrido por estas calles estrechas, se realiza a día de hoy de la misma forma en la que transportaban antiguamente a las personas y vecinos, al medio de transporte se le llama Rickshaw, que no es otra cosa que una bicicleta que tira de una pequeña carroza típicamente decorada, con un toldo rojo y borlas de flecos que auguran buena suerte y larga vida.Casi sin iluminación en sus calles, es toda una experiencia pasar entre penumbras al lado de sus casas.
Nosotros tuvimos la gran suerte de poder entrar en una de esas casas, para descubrir de primera mano como y de que forma se vivía y siguen viviendo las personas que continúan allí, ancladas en un pasado que en nuestra sociedad veríamos como algo pobre y peligroso.
Sin ningún medio de seguridad y a puertas abiertas, nos adentrábamos por portales mal estructurados y suelos de tierra entre lo que parecían calles interiores.Cuando pasamos por varias casas llegamos a un pequeño patio interior donde se encontraba la señora que amablemente había accedido a mostrarnos su casa, no sabríamos describir la sensación que tuvimos al contemplar el reducido tamaño de su hogar, solo descubrimos que en nuestra sociedad somos unos privilegiados de disponer de viviendas espaciosas y confortables, aunque a veces tengamos la sensación de que no es así.Nada mas entrar en la casa estaba el salón, que disponía de una pequeña mesa, en las paredes colgaban fotos antiguas y otras más actuales de sus descendientes, un poco más al fondo otra pared se había decorado con un pequeño altar, desde donde pedían por su futuro y añoraban a sus antepasados.En la otra parte del minúsculo patio, tenían una pequeñita habitación donde descansar, la cocina se encontraba en el patio al aire libre y evidentemente los baños eran comunas donde toca compartir las intimidades.
Verdaderamente esta experiencia a nuestro entender fue todo un regalo.Después de visitar la pequeña casa volvimos al punto inicial de nuestra visita, para nuestra sorpresa nos encontramos con un señor que decía ser campeón mundial de adiestrador de saltamontes, cosa que acreditaba con recortes de periódicos en un pequeño álbum que llevaba bajo su brazo.Montó una mesa en medio de la plaza casi en la penumbra, sacó una pequeña cajita de madera y empezó a enseñarnos sus habilidades con los insectos, la verdad no salíamos de nuestro asombro de lo que estábamos viendo, sin duda alguna en ese momento estábamos viviendo algo único y especial.
DONDE COMER
Sin duda alguna nada tiene que ver lo que conocemos en nuestro país de origen cuando vamos a cenar o a comer a un típico restaurante chino, ni la forma color o sabor de la comida, ni mucho menos todo lo que hay que hacer para pedir y evidentemente saber lo que pides, aún corriendo esos riesgos y partiendo de la base de que China es un país donde prácticamente no se habla inglés, por no decir que nada de nada exceptuando en los hoteles, pues ni aún de esta manera fue impedimento para que nos lanzáramos a la aventura de ir a restaurantes locales, como hacemos en todos nuestros viajes.
Nuestra primera odisea de Pekín es saber dónde vamos a ir a comer y a cenar, pues bien después de intentos y ninguno fallido, ya que la restauración china no decepciona nada de nada, nos pareció riquísima variada y sobre todo equilibrada, os vamos a proponer los dos mejores restaurantes donde nosotros degustamos auténticos manjares para el paladar.
Os recordamos que la ciudad es muy extensa y que depende de la zona en donde os alojéis seguramente encontréis restaurantes muy acordes a vuestras necesidades.La comida es muy económica en el país, evidentemente también dependerá del restaurante que vayáis y del tipo de comida, nosotros siempre escogemos sitios que estén cuidados, limpios y sobre todo que la clientela sea local.
Restaurante Chinese Food Jinchengyan, se encontraba bastante cerca de nuestro hotel y la verdad fue todo un acierto, personal muy agradable y de eso si es verdad que se puede decir que la población china es muy servicial, comerciante tal y como la conocemos.El local no es demasiado grande, pero lo suficiente para tener unas cuantas mesas llenas de comensales, la decoración muy apropiada al sitio.Limpio, con buen aspecto y con variedad de platos a los que poder hincar el diente.Como nos apasiona probar cosas diferentes y sobre todo de otras culturas, decidimos pedir más de un plato para poder compartir y degustar mas variedad, desde luego fue todo un acierto, estuvo muy rico abundante y económico.Cenamos por unos 5 euros, con varios platos para compartir, bebidas y café.
Restaurante Kakazi 930, este restaurante se encontraba bastante más retirado de nuestro hotel, lo encontramos porque la curiosidad al pasar nos hizo adentrarnos en un callejón que resultó que era sin salida, pero nos llamó la atención las banderillas y luces que cubrían la calle de punta a punta.En el lugar habían varios restaurantes, muy luminosos, con terrazas en el exterior y llenos de gente local.Una vez allí, decidimos donde íbamos a cenar y resultó que nos llamo la atención el último de todos, sería porque sacaban la comida terminándose de hacer a la calle, aún con las llamas encendidas.Al sentarnos en una de las mesas de la terraza se acercaron a nosotros muy amablemente, nos ofrecieron una gigantesca carta donde salían todas las especialidades que el restaurante ofrecía.En esta ocasión volvimos a efectuar la misma operación que os contábamos en el otro restaurante, pedimos varios platos para compartir y de esa forma podíamos disfrutar los dos de lo mismo e intercambiar opiniones, fuimos más atrevidos y nos dimos cuenta de que aún no habíamos degustado ninguna cerveza china, la experiencia fue excepcional, recomendamos la cerveza china.El precio de la cena para dos con las bebidas incluidas fue de 6 euros.
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